Como ya sabrán los conocedores de las leyes del Gran Hamer,
para mí el cáncer es una respuesta biológica de supervivencia. Y muchos de los
cánceres (los que dependen de los tejidos que corresponden a las partes del
cerebro del mesodermo nuevo y de la corteza cerebral) son directamente procesos
curativos y depurativos. Según Hamer, si se resuelve el conflicto biológico que
ocasionó el proceso de reparación, el cáncer se cura solo, ya que el cuerpo se
dedica a reparar. Es muy importante destacar aquí que la salud y el estado
“normal” del paciente igualmente puede verse amenazado por un un proceso
reparatorio muy fuerte que implica inflamaciones eventualmente mortales, así
como conflictos que no se resuelven del todo y se transforman en crónicos y
también pueden atentar contra el individuo. Estos conflictos en general son
conflictos que se relacionan con problemáticas familiares y transgeneracionales
y la persona necesita una sanación sistémica y una revisión personal muy
profunda de su historia.
De todas maneras quiero destacar que desde mi punto de vista
es imprescindible que el cuerpo esté preparado y desintoxicado para hacer frente
a un proceso de fuerte reparación (ya se por una herida, una quemadura o un
conflicto de abandono). Creo firmemente en las investigaciones que aseguran que
el cáncer también es un proceso celular que se da cuando el cuerpo está
reparando en situación de HIPOXIA CELULAR, osea las células se encuentran sin
suficiente oxigeno, por lo que tienen dos caminos, dejan de respirar y mueren o
dejan de respirar y fermentan (y se alimentan de azúcar). Ya se conoce que en la
rama del genoma humano y la cuestión del cáncer como respuesta hereditaria no
tiene demasiado fundamento científico, parece ser que importa mas el ambiente de
la célula, que el ADN (epigenética). Resuelta que para mantenernos fuertes y
limpios ante de un proceso de reparación orgánica necesitamos eliminar los
azucares (y carbohidratos, y aceites cocinados), tener un buen índice de
hemoglobina (la célula respirando) y favorecer la entrada de aire, así como
estar bien nutridos (para lo que se necesita estar depurados). Estamos hablando
de técnicas antioxidantes. Pero cuando el tumor ya está en nuestro cuerpo,
ayudando a reparar y tratando de hacernos sobrevivir al menos a corto plazo,
necesitamos consumir oxidantes que afecten SELECTIVAMENTE a las células
tumorales para que se suiciden. La vitamina C es un potente Antioxidante, que en
dosis farmacológicas por vía endovenosa se convierte en un oxidante de la célula
tumoral, además de parecerse a la azúcar sin serlo.
Los tratamiento tradicionales del cáncer; cirugía,
radioterapia y quimio tiene índices de sobrevida similares hoy por hoy que hace
más de 30 años. Es cierto que se detecta antes, pero no es cierto que los
pacientes viven más. Necesitamos ahondar otros caminos. Existen muchos sistemas
de alimentación contrapuestos y ellos todos aseguran un efectivo tratamiento
contra el cáncer. Hamer diría que simplemente le dimos tiempo al cuerpo a
reparar. Es cierto, sin embargo cualquier cambio brusco en alimentación, sobre
todo aquellos que eliminen Gluten, Hidratos, Azuzares, Refinados, y Fritos
sirven, más alla si son crudos, cocidos, veganos o a favor de las carnes. El
cambio brusco, repentino y extremo eleva las defensas, hace reaccionar al cuerpo
y significa una puerta para la sanación, no solo en cuanto a la alimentación,
sino también en cuanto a los cambios producidos en nuestra propia vida, vínculos
y emociones. Así como los cambios que uno elige hacer en cuanto a la relación
con el propio cuerpo y el ejercicio físico (La psicomagia incluso se basa en
este principio del cambio como camino curativo). Es cierto que el cuerpo
necesita estar alcalino, y si consumimos alimentos que alcalinizan lo ayudamos a
evitar inflamaciones y enfermedades, me queda para estudiar en este aspecto el
uso del MMS (clorito de sodio) que parece tener excelentes resultados para
tratar cualquier patógeno oxidando toda célula con PH ácido. Sin embargo dietas
cetogenicas, que no son “alcalinizantes” y contienen grasas saturadas y animales
también han reportado grandes éxitos en tratamientos de enfermedades. Al fin al
cabo, los cuerpos son diferente y también sus reacciones y
necesidades.
Es importante recordar las dos fases: fría y caliente, de la
enfermedad, ya que la mayoría de los tratamientos y sustancias ingeridas son
simpaticotónicas y deben suministrarse sólo en la fase de reparación (caliente),
donde hay inflamación, dolor y retención de liquido, ya que suministrarla en la
fase conflictiva, alerta y estresante (fría) puede implicar un estado
insostenible para la cuerpo y la vida.
También existe un punto de no retorno, el proceso de
reparación necesario es tan profundo, largo y carente de oxigeno que el cuerpo
no podrá tolerarlo. Y de esto también se trata la aceptación de la vida y la
muerte y el confiarse un sistema mayor que nosotros mismos.
Hay estudios científicos que aseguran que la primera forma de
limpieza física para una mujer es el embarazo temprano y el amamantamiento
prolongado, ya que se limpia de los tóxicos acumulados en las células grasas. Se
limpia, traspasándoselos al niño, sobretodo al primero. Así como hablamos de
cuidar los conflictos vividos por la madre gestante porque son programas que se
instauran en el feto, también hablamos de los cuidados de su alimentación y
contacto con medios hostiles (como los hospitales de los cuales se obtienen
grandes tóxicos plásticos por medio de la inhalación).
Sabemos que en el caso de una pareja embarazada, la naturaleza
protege el clan. Por lo tanto si la mujer sufre un conflicto emocional fuerte
que inevitablemente afectará su salud, este conflicto se traslada al niño, como
programa, justamente para permitir la supervivencia de ambos. Lo mismo si es un
conflicto del hombre, ya que no puede afectarse fuertemente su salud cuando está
proveyendo el hogar y protegiéndolo ante la llegada de un nuevo bebé. La
biología protege a todos haciendo que el conflicto se exprese a través del niño,
y que éste tenga a sus padres fuertes y en normotonía para cuidarlo. Los
programas a los que accedemos desde la panza de mamá pueden manifestarse a lo
largo de la vida, sobretodo cuando tenemos mayores herramientas para
enfrentarlos, hacer el aprendizaje, disparar la curación y superarlos. El gran
problema es volverlos crónicos. Cuando hay varios conflictos, que afectan a
mitades diferente del cerebro, éste elige crear constelaciones que no son otras
cosa que enfermedades psiquiátricas para proteger al cuerpo de tener que reparar
varios conflictos a la vez lo que sería dramático e insostenible.
Aún queda mucho para descubrir, contradecirse y reformularse,
ojalá podamos estar retractándonos en algunos años si es en favor de la buena
salud y armonía fisca, psíquica y espiritual de nuestros pacientes y seres
queridos.
- Directora de la Escuela de Formación en Puericultura y Familia
www.panzaycrianza.com.ar
- Terapeuta BioDecodificadora
http://biodecodificacion.blogspot.com.ar
--Astrología y Tarot: consultas y cursos de formación
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